Ajustes en los precios del diésel marcan un nuevo capítulo para los conductores en Ecuador
El mercado de combustibles en Ecuador sigue en transformación. Tras la eliminación del subsidio al diésel en septiembre de 2025, el Gobierno ha continuado ajustando los precios para alinearlos al mercado internacional, generando impactos directos en conductores, transporte de carga y movilidad diaria.
¿Qué ha pasado con el precio del diésel?
Desde septiembre de 2025, el subsidio al diésel para vehículos automotores fue eliminado, una medida que elevó su precio de $1,797 a $2,80 por galón en un solo paso, como parte del Decreto Ejecutivo 126.
Ese valor se mantuvo de manera fija hasta el 11 de diciembre de 2025, un periodo pensado para amortiguar el cambio de política y dar tiempo de adaptación tanto a transportistas como a consumidores.
A partir de 00:00 del 12 de diciembre, el diésel y las gasolinas pasaron a regirse por un sistema de bandas que ajusta los precios conforme al valor del crudo en los mercados internacionales (WTI), permitiendo variaciones mensuales limitadas para proteger al consumidor.
En concreto, el galón de diésel bajó de $2,80 a $2,768, con proyecciones de seguir reduciéndose hasta aproximadamente $2,70 en febrero de 2026 si se mantienen las condiciones actuales del mercado.
¿Por qué es relevante este cambio para los conductores?
Ecuador ha transitado de un esquema con subsidios mantenidos por décadas a uno más dinámico y sensible a los precios globales.
Este cambio tiene varios efectos directos:
1. Mayor transparencia en el precio de los combustibles
La fórmula de bandas permite que los vehículos de todo tipo —desde automóviles particulares hasta camiones de transporte pesado— paguen un valor más alineado con los costos reales del combustible.
2. Ajustes mensuales previsibles
El sistema limita los cambios a un máximo de ±5% mensual, evitando fluctuaciones abruptas que antes se producían por variaciones internacionales.
3. Menor presión sobre las finanzas públicas
Eliminar subsidios costosos libera recursos que el Estado puede redirigir a programas sociales o incentivos para sectores vulnerables, incluyendo compensaciones temporales al transporte y al campo.
Impactos en la movilidad y el sector automotor
Para quienes conducen con diésel —como camionetas de trabajo, buses o transporte de carga— los nuevos precios significan un reto en términos de costos operativos. Aunque la disminución reciente es positiva, el contexto histórico de incremento ha sido uno de los factores que motivan a muchos usuarios a considerar alternativas más eficientes, como vehículos híbridos o eléctricos.
A nivel de movilidad urbana y rural, la transición también trae la necesidad de ajustar rutas, planificación de costos y estrategias para mantener la eficiencia sin afectar la economía de familias y negocios.
A largo plazo: ¿qué esperar?
Con un esquema de precios basado en bandas, los conductores pueden anticipar tendencias de costo según el comportamiento del petróleo en el mercado global. Si los precios de crudo disminuyen, lo más probable es que los valores internos también bajen.
Este sistema brinda mayor previsibilidad frente a la volatilidad que tradicionalmente afectaba a los combustibles en Ecuador, haciendo más transparente la manera en que se fijan los precios en surtidores.
Los ajustes recientes en el precio del diésel, especialmente tras la eliminación del subsidio y la adopción del sistema de bandas marcan una nueva etapa en la movilidad nacional.
Para los conductores, esta transición implica adaptarse a un mercado más competitivo, pensar en eficiencia energética y planificar el uso de sus vehículos con más énfasis en costos reales y sostenibles a largo plazo.