La conducción bajo lluvia requiere algunas precauciones

Cuando parecía que el clima empezaba a mejorar durante la primera mitad de abril, la lluvia y las bajas temperaturas volvieron a la región Sierra. Esta situación obliga a los conductores a tomar las precauciones necesarias en pro de la seguridad vial.

El asfalto mojado, por sí solo, ya es un factor de riesgo durante la conducción, ya que los vehículos pueden perder adherencia y deslizarse sin control. Si a eso se suma la presencia de tierra, gravilla, aceite o diésel sobre la calzada, las posibilidades de sufrir un accidente se multiplican.

Por ello, conviene seguir las siguientes recomendaciones a la hora de ponerse al volante durante la temporada invernal:

Reduzca la velocidad

Manejar a una velocidad moderada, incluso inferior a la establecida para el tipo de vía por la que circule, es la mejor manera de mantener el control del vehículo en todo momento. Eso no solo le ayudará a evitar el efecto conocido como ‘aquaplaning’, sino que también contribuirá a que el vehículo no sufra daños por caer en baches cubiertos por el agua.

Revise el estado de las llantas

Para circular sobre superficies mojadas, es vital que los neumáticos cuenten con el labrado suficiente y con la presión de aire adecuada. Unas llantas lisas y/o mal infladas aumentan las posibilidades de perder el control y sufrir un accidente.

Optimice la visibilidad

Bajo la lluvia la visibilidad disminuye considerablemente. Con el fin de que usted vea y sea visto adecuadamente por los demás usuarios de las vías, asegúrese de que todas las luces, los limpiaparabrisas, los espejos y los elementos desempañadores se encuentren en óptimas condiciones.

Aumente la distancia de seguridad

Aunque todas las condiciones anteriores se cumplan adecuadamente, es conveniente incrementar la distancia respecto del vehículo que va delante, con la intención de dejar un espacio de maniobra suficiente en caso de que se presente algún imprevisto.