Montana: la camioneta que ampliará el portafolio Chevrolet

Novedades feb. 14, 2023

Aunque la camioneta compacta Montana de Chevrolet nació en Brasil hace 20 años y se comercializó en varios mercados emergentes (especialmente latinoamericanos), en Ecuador es un modelo desconocido. Pero esa situación cambiará este año, cuando su tercera generación llegue a nuestro país para atender a un mercado que crece y se diversifica.

Invitados por la marca estadounidense, hace pocos días viajamos a Curitiba, Brasil, para asistir a una presentación especial para la prensa de esta ‘pick up’ compacta en la que Chevrolet deposita muchas esperanzas de elevar sus cifras de ventas en la región.

Una prueba de manejo de aproximadamente 100 kilómetros de recorrido y dos horas de duración hacia la Reserva Natural de Guaracicica, al oeste de la ciudad, nos permitió comprender la relevancia que esta camioneta tendrá en el portafolio de la marca.

Empecemos por lo primero. La Chevrolet Montana surgió para satisfacer a aquellos usuarios que requieren un vehículo de carga liviana, más ligero y asequible que una D-Max o una Colorado. Por eso, la Montana se desarrolló sobre la plataforma para vehículos compactos GEM de General Motors, la misma de otros modelos como el Onix y el Tracker.

Por eso, se trata de una camioneta con estructura monocasco y tracción delantera que comparte con el Tracker elementos como el motor y las cajas de cambios (automática y manual). Eso sí, la distancia entre ejes fue alargada con el fin de buscar un equilibrio entre el espacio disponible para los pasajeros de la segunda fila y una capacidad de carga apropiada en el cajón.

En cuanto a la apariencia exterior, el frontal sigue la tendencia adoptada por otros modelos Chevrolet como los Captiva y Groove, en los que las luces diurnas y las intermitentes se ubican en unas delgadas franjas ubicadas por encima de los faros principales y de los neblineros.

Estos tres niveles de luces sirven de marco a una mascarilla hexagonal de franjas horizontales en acabado ‘piano black’. La de más arriba es cromada y en su parte central contiene el emblema del corbatín de la marca.

Desde una perspectiva lateral, el corte vertical del frontal, la posición elevada del capó, las protecciones de plástico negro de las partes bajas de la carrocería, las barras cromadas del techo y el adorno del cajón que simula una barra antivuelco son elementos que aportan a su imagen robusta.

En la parte posterior, se destaca un diseño que la asemeja más a un SUV que a una camioneta, así como los grupos ópticos colocados en una posición elevada y las letras de la palabra Chevrolet grabadas en bajo relieve en el portón.

El cajón de carga tiene un volumen de 874 litros y soporta hasta 637 kilos de peso. Cuenta con recubrimiento interior y para él se ofrecerá como opción un conjunto de compartimentos modulares denominados Multi Board, que permitirán organizar la carga de manera ordenada y segura. Para cubrir el cajón estarán disponibles una tapa dura y una lona, según la versión.

En el interior, el ambiente es más de un SUV que de una camioneta. De hecho, aquí es donde más similitudes se aprecian en relación con el Tracker, aunque presenta las suficientes diferencias para presumir de una identidad propia. Pantalla táctil de ocho pulgadas con sistema multimedia MyLink, volante multifunción, climatizador de una zona y WIFI nativo son algunas de sus amenidades.

Como se dijo, el impulso de la Montana proviene del ya conocido motor de tres cilindros y 1.2 litros turboalimentado que lleva el Tracker, el cual entrega 130 caballos de potencia a 5.500 rpm y 190 Nm de torque desde las 2.000 rpm. Puede estar unido a una caja manual o a una automática tradicional, ambas de seis velocidades.

En Brasil tuvimos la oportunidad de probar la versión tope de gama Premier. Además de contar con el nivel de equipamiento más completo, nos resultó gratamente sorprendente el comportamiento de la dirección y de la suspensión. La primera se siente precisa y tiene un nivel de asistencia apropiado para transmitir al conductor lo que sucede en las ruedas delanteras.

La segunda brinda las ventajas derivadas del sistema independiente McPherson delantero y de la ingeniosa colocación de unos aditamentos de poliuretano de alta resistencia en los espirales posteriores, los cuales reducen el rebote que se genera en caminos de segundo orden, sobre todo cuando el cajón está vacío o con poca carga.

El resultado es una mayor sensación de control y seguridad para el conductor y un confort muy similar al de un SUV que beneficiará especialmente a los ocupantes de las plazas traseras.

En otros mercados latinoamericanos, la Montana tendrá como rivales directos a la Fiat Toro (RAM 1.000) y a la Renault Oroch (variante ‘pick up’ del SUV Duster). Como ninguno de esos modelos se comercializa en el país, el ejemplar de Chevrolet prácticamente inaugurará un segmento que podría crecer y consolidarse en los próximos años.

Según Oswaldo León, gerente de Marketing de Chevrolet Ecuador, la Montana despertará el interés de clientes de los segmentos SUV, car B y car C (automóviles), principalmente. Se espera que su llegada al país se concrete durante el primer semestre de este año. Aún no se han definido las versiones que estarán disponibles, ni sus precios.

Fernando Robayo

Licenciado en Comunicación Social. Periodista especializado en el sector automotor desde el 2004. Apasionado por los motores montados en vehículos de dos y cuatro ruedas.

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